Para el todopoderoso titular del Fondo Monetario Internacional, el descenso a los infiernos empezó al intentar encerrar bajo llave por la fuerza a una camarera negra en un hotel de New York, la misma maniobra libidinosa realizada por el entonces obispo de San Pedro, Fernando Lugo, cuando dominado por sus bajos instintos tramó dejar encerrada a Benigna Leguizamón en el segundo piso del obispado.
Según los reportes periodísticos, Dominique Strauss-Kahn se alojó en una suite de lujo del piso 28, la 2806. Allí llegó la camarera que suele trabajar en los pisos más altos del hotel después del mediodía. Madre soltera, con dos hijos, sus compañeros la miraban con respeto y afecto. Su salario apenas supera lo que está considerado el umbral de la pobreza en la cara ciudad de Nueva York.
La joven ingresó a la suite porque pensaba que estaba vacía. Y entonces fue cuando todo sucedió.
A pesar de los resquemores que genera la historia, los que la conocen admiten sin titubeos que la joven de 32 años no se hubiera involucrado en una trama semejante por codicia.
Jamás ocasionó problemas durante los cuatro años que ha trabajado en el Sofitel.
Sus compañeros la describen como apacible y alguien que siempre se va a casa después del trabajo. Strauss-Kahn también es bastante conocido allí, aunque no en buen sentido.
Durante una entrevista con el juez, el fiscal del caso indicó que había tenido lugar otro suceso en el que el actual jefe del FMI, que aspiraba a presentarse a las elecciones de 2012 por el Partido Socialista, también habría cometido abuso contra una camarera en el mismo hotel neoyorquino. Al parecer, la mujer habría preferido no denunciarlo por miedo a represalias, lo mismo que sucedió con los incontables casos de paternidad irresponsable que se conocen a Lugo en Paraguay.
Otros detalles incriminan a Strauss: luego de los hechos intentó marcharse precipitadamente del lugar, olvidando un valioso teléfono celular. Un empleado del Hotel se comunicó ofreciendo llevarle el aparato, y se hizo acompañar por la policía.
DSK es conocido y muy poderoso, algo que ahora le jugó en contra. La jueza del caso alegó que precisamente por ser un hombre rico e influyente, no podía darle la libertad bajo fianza.
El caso de Fernando Lugo es aún mas grave: en Paraguay las campesinas humildes no tienen amparo en una justicia ciega ni en una democracia fuertemente institucionalizada. La impunidad reina para los acosos sexuales, las violaciones y las coacciones sexuales de toda índole, tanto como para otros negocios ilícitos amparados por el poder.
La reacción "Feminista"
En la consternada Europa, las reacciones de algunas militantes de izquierda y del feminismo no fueron, sin embargo, muy distantes a las que el caso de Fernando Lugo despertó en el feminismo paraguayo.
En ese contexto, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha acusado a los socialistas de defender al director del FMI, detenido en Nueva York acusado de intentar violar a una camarera, "por ser socialista".
"Es indignante la defensa que están haciendo de Strauss-Kahn por ser socialista, ¿dónde están las feministas?", se ha preguntado Aguirre. Intentando salir al paso de las críticas, la ministra española de Economía y Hacienda, Elena Salgado, expresó hoy su "total solidaridad" con la camarera de color que, presuntamente, ha sido objeto de un intento de violación por parte del director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn.
Lo señalado por Esperanza Aguirre también podría afirmarse de las "feministas" de derecha paraguayas como Gloria Rubin y Lilian Soto, defensoras encarnizadas de un cura como Fernando Lugo, acusado de tener hijos no reconocidos por todo el Paraguay. La secretaria Lilian Soto inclusive llegó más lejos, y en los últimos días realizó una encendida defensa de vicios del pasado que se creían superados como el nepotismo en la función pública. Enceguecidas fanáticas a sueldo del clerofascismo, estas “feministas” no escatiman incoherencias en su afán de agradar al mandón de turno.
Es que como dice un viejo adagio, en todas partes se cuecen habas.
El destino de Strauss Kahn
Si de algo no puede quejarse Fernando Lugo, es de vivir en un país con una justicia politizada y corrupta como el Paraguay, donde los jueces son tan venales y presionables como los laboratorios encargados de las muestras de ADN.
Si hubiera tenido como escenario para sus fechorías con Benigna Leguizamón un distrito como Manhattan, tal vez hubiera terminado de la misma manera que Dominique Strauss Kahn.
Dominique Strauss-Kahn, bon vivant acostumbrado a las suites lujosas y viajes de avión en primera clase, se mudó ahora a una sombría cárcel de Nueva York.
Strauss-Kahn fue transferido desde un centro de detención adyacente a la Corte Criminal de Manhattan a Rikers Island, comunicó un portavoz del departamento penitenciario de Nueva York.
Fue en el mismo día en que un juez le negó la libertad bajo. La próxima audiencia del caso será el viernes.
Strauss-Kahn podría quedar aislado con control continuo, sobre todo por su propia protección ante reclusos que podrían buscar la fama atacando a alguien tan conocido como él, de acuerdo a personas conocedoras de los procesos de la cárcel y que no quisieron ser citadas.
Rikers, que data de la década de 1930, alberga a unos 11,000 reos y es un lugar peligroso.
"Está atestada y la comida es terrible. Y una de las cosas peligrosas es que se aprovechan de los famosos", dijo Gerald Lefcourt, un conocido abogado defensor.
Mientras Strauss Kahn afronta lo que muchos ven como el triste epílogo de su carrera política, Fernando Lugo emprende una gira por Europa, que no excluye las tierras del malogrado director del FMI. Las camareras de los hoteles que el obispo de los hijos no reconocidos visitará, deberían estar en guardia y solicitar que se refuercen en dichos locales las medidas de seguridad.
Siembre habrá oportunidades en hombres así para eludir la inteligencia y abandonarse al instinto. LAW