No solo los ministros y otros allegados al gobierno del cura Fernando Lugo fueron beneficiados con tierras sin ser sujeto de la reforma agraria, también algunos de sus parientes.
Pompeyo Lugo, el hermano del presidente de la República, Fernando Lugo, fue uno de los beneficiados de la reforma agraria en 1990 con 21,5 hectáreas en Edelira, kilómetro 11, de la Colonia de Repatriados del Sur, en el distrito de Natalio, Departamento de Itapúa.
Pompeyo pagó la irrisoria suma de G. 6.412.955 por la propiedad, destinada a la reforma agraria para contribuir al desarrollo económico de los campesinos.
Según el título de propiedad otorgado por el IBR, las tierras de Pompeyo habían sido expropiadas de los sucesores de Domingo Barthe, finca 422. Actualmente el Gobierno sigue buscando las tierras de los herederos de Domingo Barthe, de manera a realizar una mensura judicial.
Nepotismo escandaloso y con raices
El estilo inquisitorial y la práctica del nepotismo son algo natural en jerarcas de la iglesia católica como Fernando Lugo, con una raigambre en el tiempo que se remonta a varios siglos atrás.
La historia de la iglesia católica recoge la memoria del Papa veneciano Eugenio IV, proclamado Sumo Pontífice en el año 1431. La carrera política de Eugenio, cuyo verdadero nombre era Gabriela Condulmer, había sido fulgurante. A los 24 años se había convertido en Obispo de Siena, a pesar de la repulsa de la clase política en dicha ciudad, contraria al nombramiento de un obispo extranjero. Poco tiempo después, Eugenio IV accedió al puesto de tesorero Papal, luego se convirtió en Cardenal de San Marcos y San Clemente, para posteriormente llegar a Cardenal de la Basílica de Santa María en Trastevere, antes de convertirse en Papa tras firmar con los demás cardenales un acuerdo que se parece bastante a los que suscriben los políticos paraguayos de nuestros días para sus alianzas electorales. El tratado consistía en que juraba distribuirse con ellos la mitad de las ganancias de la Iglesia, además de consultarles toda interrogante relacionada con las finanzas de la institución.
De todas maneras, la carrera política de Eugenio no hubiera sido tan brillante si no hubiera sido sobrino de su antecesor, el Papa Gregorio XII. Entre pontífices venecianos, la transmisión de tío a sobrino esta asegurada, dado que el sucesor de Eugenio fue a su vez su sobrino Pablo II, Papa de la Iglesia católica de 1464 a 1471.
La carrera del sobrino de Eugenio IV, cuyo nombre era Pietro Barbo, fue igualmente deslumbrante. A poco de ser nombrado su tío Papa, la carrera del futuro Pablo II inició su resplandeciente despegue, de forma similar al de los sobrinos del clérigo-presidente del Paraguay Fernando Lugo luego de los comicios del 20 de abril. De archidiácono de Bolonia, Pietro pasó a obispo de Cervia y Vicencia y finalmente, en 1440, fue nombrado Cardenal.
Cuando el sobrinazgo lo catapultó al Papado, Paulo intentó deshacerse de los funcionarios del Vaticano que tenían doble sueldo, mal que fue transmitido hasta nuestros días a los partidos políticos oficialistas, aunque su osadía provocó una ola de indignación entre los redactores de documentos papales. En 1466, los poetas y retóricos de la ciudad levantaron su voz de protesta y la represión no se hizo esperar. La peor parte se llevó el poeta Platina, quien fue dos veces encarcelado y torturado, peripecias que lo llevaron a vengarse escribiendo una interesante biografía sobre Paulo II, el Vital Pontificum. Gracias a ese tratado hoy sabemos que Pablo sostenía prácticas sodomitas y que su vanidad era tan grande que quiso adoptar el nombre de Formoso II (hermoso II).
Muchos otros Papas medievales criaban a sus hijos ilegítmos como sobrinos y les daban preferencia, elevando a la mayoría a cardenales de la iglesia, y a veces lograban perpetuar una dinastía papal. Calixto III, de los Borja, convirtió a dos sobrinos en cardenales y uno de ellos llegó a convertirse en el Papa Alejandro VI. El mismo Alejandro VI promovió al hermano de su amante Julia Farnesio como cardenal, el cual luego se convertiría en el Papa Pablo III. Este último Papa tampoco se privó de practicar el nepotismo al promover como cardenales a sus dos sobrinos (de catorce y dieciséis años).
El cura Fernando Lugo fue fiel a esta tradición al alcanzar el poder, convirtiendo en letra muerta las leyes al respecto.
La Ley 2777, que castiga el nepotismo en la función pública, y establece en su artículo primero que “el Presidente de la República... no podrá nombrar en cargos públicos de designación directa, no electiva, a parientes comprendidos dentro del cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad, salvo que tales nombramientos se efectúen en el marco de un concurso público de oposición”. A pesar de esta disposición, hace tiempo los medios publicaron la siguiente nómina de parientes del cura presidente sin mayores consecuencias:
Fernando Lugo (sobrino) está en la EBY.
Angel Maidana (sobrino) está en ANDE.
Blas Maidana (sobrino) está en la EBY.
Juan Lugo (sobrino) está en Itaipú.
Luis Paciello (yerno) está en la EBY.
Félix Chávez (sobrino) está en el Despacho de la Primera Dama.
Félix Zelaya (primo) está en el MOPC.
Mirtha Maidana (sobrina) está en el Despacho de la Primera Dama.
Sonia Maidana (sobrina) está en el Despacho de la Primera Dama.
Lourdes Altamirano (nuera de su hermana), Despacho de la Primera Dama.
Mercedes Lugo (hermana), nombrada por decreto primera dama de la Nación.